Una vez más, la realidad se impone como una cachetada en pleno rostro y demuestra que la promesa de «pobreza cero» usada en la campaña por Mauricio Macri antes de asumir era solamente un slogan vacío. El indec informó esta tarde que la cantidad de pobres trepó al 32% en el segundo semestre de 2018, con respecto al 25,7% del mismo período del año anterior.
#DatoINDEC
La pobreza alcanzó al 23,4% de los hogares y al 32% de las personas en el segundo semestre de 2018: https://t.co/lGxc2zgpME pic.twitter.com/r14jUKvmYe— INDEC Argentina (@INDECArgentina) 28 de marzo de 2019
El organismo detalló que hay 14,3 millones de personas que viven bajo la línea de la pobreza, casi tres millones más que a finales de 2017.
El drama es aún más profundo si se tiene en cuenta que la indigencia -conformada por las personas que no llegan a cubrir sus necesidades alimentarias- creció al 6,7% en un año (a fines de 2017 había un 4,8% de indigentes).
Para «bajar las cifras a tierra», esto implica que desde fines del año pasado hay 3 millones de personas que pasan hambre en el país.
Los datos no sorprenden. Son el obvio resultado de las políticas de ajuste implementadas por el Gobierno y su combo de inflación desbocada, recesión, pérdida de empleos registrados, suba de la desocupación, desplome del poder adquisitivo y salarios y jubilaciones cada vez más bajos.
La región más pobre del país es la del noreste, con 40,4% de sus habitantes bajo la línea de la pobreza; seguida por la del noroeste (34,5%). En tercer lugar, se ubica la región pampeana, con un porcentaje de pobres del 31,1%, y más abajo están la región cuyana y el Gran Buenos Aires, con 31,5% y 31,3%, respectivamente. La zona del país con menos pobres es la Patagonia, con 24,9% de pobreza.