Coca Cola decidió frenar una inversión de US$ 1.000 millones anunciada durante el 2016 y dejaría de comprar jugos de fruta argentinos por otros US$ 250 millones ante el impuesto que el Gobierno de Mauricio Macri aplicará a las bebidas azucaradas.
Con el nuevo tributo impulsado por el ministerio de Hacienda, las bebidas azucaradas pagarán un impuesto que treparía al 16% cuando se sancione la reforma tributaria que está a punto de aterrizar en el Congreso.
La multinacional amenazó con desactivar el plan inversiones por el brusco cambio de juego y comenzó a rediseñar su cartera de negocios en el país, lo que podría impactar fuerte en la producción frutícola.
Coca Cola compra jugos de limones, manzanas, naranjas, peras, pomelos, uvas y durazno a productores citrícolas por unos u$s 250 millones del NEA, NOA y el Alto Valle de Río Negro.